EL ROMANTICISMO LITERARIO.

Romanticismo no fue sólo una renovación en el campo literario, sino toda
una forma nueva de entender la vida, el mundo, la política y el arte en general. Si anteriormente el hombre ilustrado hizo de la razón el eje de su vida, el
Romanticismo creará un hombre nuevo, capaz de plantearse los problemas
de su existencia y del mundo desde un punto de vista más emocional y subjetivo. Todo ello se produce a la aparición de los nacionalismos, el triunfo de los valores burgueses, y en el terreno de las ideas aparece el Idealismo Alemán con Fichte y Hegel como
personalidades relevantes. Uno de los logros del Idealismo es apartar la filosofía de la preocupación por
los objetos exteriores para afirmar que el YO es la realidad primordial y absoluta.
Algunos escritores románticos identificaron ese YO puro y abstracto, filosófico,
con el YO individual de cada ser humano, de manera que concibieron al hombre (o,
mejor, a algunos hombres) como un ser dotado con un don supremo que le permite
atravesar lo material, lo finito, para llegar a lo infinito y eterno, es decir, al Absoluto.
El Romanticismo es el triunfo del Yo, Todo está en el hombre, en su alma y el artista es el privilegiado que posee el don divino capaz de hacer ver la realidad absoluta última y veraz a los demás, de ahí la exaltación de los sentimientos,
la tendencia a abandonarse en las emociones violentas o suaves, la búsqueda de lo desconocido, aventureros en el arte y en la vida, pero algunos cayeron en el llamado "mal del siglo", una
especie de sentimentalismo enfermizo que llegó a ponerse de moda.
Otra respuesta del artista romántico frente al problema de la realidad fue una
especie de amarga ironía, o la insatisfacción ante la realidad engendra también la rebeldía contra lo
establecido. Como consecuencia de este sentimiento de rebeldía, los artistas del
Romanticismo querrán verse reflejados en una serie de personajes que son símbolos
o ejemplos máximos de esa rebeldía contra lo establecido:
a/ Prometeo, que representa el levantamiento del hombre contra su
propio destino y contra los dioses que le crearon (Frankestein).
b/ Satanás, el ángel caído que desafía a Dios y se burla de lo
sagrado (Don Alvaro, Don Félix el estudiante de Salamanca).
c/ Caín, que representa la rebeldía contra Dios y contra todo lo que
es considerado "bueno".
d/ Don Juan, buscador del Absoluto a través del amor.
El sentimiento de libertad personal también es producto de la nueva concepción
del YO, y los románticos considerarán la libertad personal de cada individuo como
el principal valor de la condición humana. Los románticos siempre estarán abiertos
al enigma, al misterio y a lo desconocido. Ellos parten de la idea
de que el misterio es inaccesible a la mente humana común, sólo
unos pocos, los elegidos, pueden llegar a desvelarlo. Es en el
misterio, en lo desconocido, donde encuentra el hombre la razón
para vivir que le negaba la realidad, es un camino que se abre
para la búsqueda del Absoluto.
Literariamente, este interés por lo misterioso se manifiesta en el
gusto por una escenografía característica: la noche, los
ambientes sepulcrales, las ruinas, las calles de las viejas
ciudades medievales, etc... El artista encontrará en los
sueños la posibilidad de eludir la realidad ordinaria, para viajar
por un mundo cargado de misterio, de indefinición, de belleza
romántica, en definitiva. De esta forma, el sueño se convertirá en
un verdadero "estado poético", a través del cual, el autor puede
conocer aquello que es inaccesible en el estado de vigilia.
La plenitud del Romanticismo se alcanza entre 1830 y 1840. Desde aquel fantasma que recorre Europa incendiando como la yesca con sus ideales a todos los artistas, desde que se lanzara el famoso grito de "strum un drag", nada fue igual.Dos de sus autores más importantes fueron MARY WOLLSTONECRAFT,también conocida como Mary Schelly, que escribió el famoso:Frankenstein, o el Moderno Prometeo
.
Creadora del libro que inauguró la ciencia ficción y que aún hoy se erige como uno de los grandes relatos de horror de todos los tiempos; en 1818 publicó la primera y más importante de sus obras, la novela Frankenstein o el moderno Prometeo. Según parece, escribió la historia de Victor Frankenstein por una apuesta. La noche del 16 de junio de 1816, se reunió con Lord Byron y otros en una villa en los alrededores de Ginebra. Encerrados en la casa por una tormenta, se leyeron cuentos de terror para entretenerse. Mary imaginó entonces a Frankestein inspirada en una pesadilla que tuvo a los dieciocho años de edad. Escribió la novela tras una apuesta con Byron, tal y como narra ella misma en el prólogo de la edición de "Frankenstein" de 1831. Esta obra, un logro más que notable para una autora de sólo 20 años, se convirtió de inmediato en un éxito de crítica y público. La historia de Frankenstein, estudiante de lo oculto y de su criatura subhumana creada a partir de cadáveres humanos, se ha llevado al teatro y al cine en varias ocasiones.
Otro de los autores del Romanticismo es JOHN KEATS.
John Keats
(Londres, 1795 - Roma, 1821) Poeta británico. La muerte de su padre y su humilde procedencia le llevaron a trabajar como practicante en casa de un cirujano, para ingresar más tarde como estudiante externo en el Guy's Hospital de Londres (1815). Su afición a la lectura le descubrió el mundo de la poesía, en la que se inició bajo la influencia de Spenser. En casa de su amigo Leigh Hunt, crítico y poeta, conoció a Shelley, con quien trabó amistad.

John Keats
Publicó su primer volumen de poemas en 1817 y, a pesar de su escaso éxito, decidió abandonar la cirugía para dedicarse sólo a la literatura. Al año siguiente apareció Endimión (1818), que fue mal recibida por la crítica. A su regreso a Londres, tras una temporada en la zona de los lagos y el oeste de Escocia, asistió a la muerte de su hermano, aquejado de tuberculosis, lo que le afectó profundamente.
El propio Keats sufría la misma enfermedad; tras mudarse a casa de su amigo Charles Armitage Brown, en Hampstead, se enamoró de la hija de un vecino, Fanny Brawne, quien le inspiró la mayoría de sus poemas, recogidos en el volumen Lamia, Isabella, La víspera de Santa Inés y otros poemas (1820), que incluía sus mejores poemas: el inacabado Hiperión, sobre la mitología griega, y sobre todo su célebre serie de odas (Oda a un ruiseñor, Oda a una urna griega).
Su estado de salud se deterioró, por lo cual decidió embarcar con su amigo Severn hacia Nápoles, en lo que parecía la última posibilidad del poeta para sanar, aunque murió unos meses más tarde. Pese a tratarse del vate más joven de los grandes románticos británicos, es uno de los líricos más importantes en lengua inglesa. En 1848 aparecieron sus cartas y su diario, que completan una obra de excepcional pureza expresiva y admirable dominio poético en su aspiración por alcanzar la belleza absoluta.
El Sueño.
Suave embalsamador de la rígida medianoche, que cierras con cuidadosos dedos nuestros ojos que ansían ocultarse de la luz, envueltos en la penumbra de un olvido celestial; oh dulcísimo sueño, si así te place, cierra, en medio de tu canto, mis ojos anhelantes, o aguarda el 'Así sea', hasta que tu amapola derrame sobre mi lecho los dones de tu arrullo. Líbrame, pues, o el día que se fue volverá a alumbrar mi almohada, engendrando aflicciones; de la conciencia líbrame, que impone, inquisitiva, su voluntad en lo oscuro, hurgando como un topo; gira bien, con la llave, los cierres engrasados, y sella así la urna silenciosa de mi espíritu.
Canción de la margarita.
Con su gran ojo, el sol no ve lo que yo veo. La luna, toda plata, orgullosa, pudiera ocultarse igualmente en una nube.
Y al llegar primavera -¡oh, primavera!- es la de un rey mi vida. Echada entre los brotes de la hierba, acecho a las muchachas bonitas en su paso.
Miro por los lugares donde no osara nadie y se fijan mis ojos donde nadie los fija, y si la noche viene, me cantan los corderos una canción de cuna. |
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